Recetas del mundo

La Catedral del Jamón · Cocinero Invitado

Hace un año que 'descubrimos' este restaurante y desde que se visito por primera vez, en cada visita se ha confirmado la calidad de la cocina casera de esta casa. Ubicado en un céntrico lugar de La Albericia (Santander), el restaurante "La Catedral del Jamón" ofrece al comensal unas correctas instalaciones y un producto muy bueno. El establecimiento, con decoración rústica y aire acondicionado, fue puesto en marcha en el año 2000 y dispone de un comedor con capacidad para 65 comensales.

"La Catedral del Jamón" ofrece a sus clientes un estupendo menú del día, con cinco primeros platos y cinco segundos, más postre y bebida, al precio de 8 euros.

Su cocina

Los únicos secretos de la cocina de este restaurante son el cariño con el que se elaboran todas sus recetas y el el tiempo y esmero que se toman los propietario en seleccionar las materias primas con las que estas se elaboran.

Entre sus especialidades, cabe destacar el jamón y los embutidos ibéricos, así como tortilla de bacalao, pulpo a la gallega, croquetas, callos, mollejas de lechazo, cabrito, pollo de corral, chuletón a la piedra

La comida

Todos estos platos se probaron y la verdad es que sorprendió muy gratamente el saber hacer de esta casa en lo tocante a la cocina. Los pimientos asados con ventresca resultaron espléndidos. Sí un plato sencillo, pero con pimientos de su huerta, horneados por ellos mismos, alcanza cotas de calidad casi imposibles de encontrar hoy en día.

El pulpo estaba en su punto, bien cocido y cortado con el grosor suficiente para poder sacarle todo el sabor al masticarlo, delicioso. Las croquetas resultaron cremosas y muy sabrosas, a la par que bien fritas en un buen aceite, esto último algo primordial que suele olvidarse en la mayoría de los restaurantes.

Los callos hay que reconocer que fueron de los mejores que tengo el recuerdo de haber comido, a la altura de los mejores, exquisitos, tan buenos como los de nuestro amigo Juan Barquín de 'Casa Navarro'. Otro plato que resultó también espléndido fue la caña de lomo adobado de cerdo ibérico de bellota, estaba tierna, jugosa y plena de sabor, una verdadera delicia para los amantes del embutido.

El ultimo entrante que se probó fueron las mollejas de lechazo salteadas con setas y cebolla caramelizada, que acordes al resto gustaron también bastante

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