El cocinero David
Moraga, nos aporta una nueva
interpretación de la cocina de su
tierra, Canarias. No renuncia al
recetario autóctono, pero le da mucha
más sofisticación, ligereza y
modernidad a la cocina canaria.
David forma parte de una generación de
cocineros canarios que poco a poco
están renovando la cocina de Canarias.
En 1995 fue nombrado mejor cocinero
canario Ha viajado por varios países
haciendo demostraciones gastronómicas
junto a la Academia de Gastronomía
Canaria.
Este joven cocinero promete mucho en el
mundo de la gastronomía dado su afán
de trabajo. La próxima vez que viaje a
las islas, intentaré degustar algunos
de sus exquisitos platos.
La oferta de buenas posibilidades
gastronómicas en el Sur sigue creciendo
y un nuevo restaurante que se ha
incorporado en la zona es el
"Bocoy", situado en el hotel
cinco estrellas Gran Tacande, en
CostaAdeje. Al frente de su cocina se
encuentra uno de los jóvenes valores de
la cocina canaria, David Moraga, quien
se formó en su última etapa
profesional en el equipo de Matías
Suárez, primero en el restaurante de la
Casa del Vino, en El Sauzal -durante el
mejor periodo de este errático
establecimiento- y luego en el laureado
"El Jable", de San Isidro, en
Granadilla.
Ahora David Moraga vuela solo, con la
dirección gastronómica del nuevo
"Bocoy", donde mantiene su
línea de cocina moderna, ligera, en
base a productos de primera calidad, y
con influencia de los "sabores
canarios", actualizados, en la
mayoría de sus platos.
Aparte de la carta, muy bien
estructurada, hay la posibilidad de dos
menús de degustación, uno más
moderno, de cinco platos, quesos y dos
postres, y otro "tradicional",
de cuatro platos, quesos y un postre,
con recetas más clásicas de la cocina
canaria.
El restaurante se encuentra muy bien
situado, en el citado hotel "Gran
Tacande", pero con acceso
independiente al público, por un
lateral de la playa del Duque, con
excelentes vistas. Su nombre,
"Bocoy", le viene de los
antiguos toneles de madera,
habitualmente de más de doscientos
litros, e incluso de quinientos litros,
que se utilizaban en Canarias para
guardar y añejar los vinos. |